domingo, 17 de mayo de 2009


CONFORMACIÓN DE COMUNIDADES DE APRENDIZAJE A TRAVÉS DEL CONOCIMIENTO DE LAS INDIVIDUALIDADES QUE LA CONFORMAN

Al encontrarnos ante la novedosa estrategia de formación en línea, descubrimos la necesidad de conciliar nuestras concepciones y significados sobre las formas de actuación que hemos desarrollado y las nuevas exigencias que esta innovación representa. Una de las situaciones más frecuentes que como tutora en el módulo 1 pude apreciar fue el desconcierto de los participantes ante la idea de intercambiar ideas con alguien a quien no conocemos, argumentando que la mejor forma de comunicación es cara a cara; a medida que se avanzó en el trabajo esta idea se fue dejando de lado. Un factor para cambiar esa idea fue el reconocerse como iguales y la confianza que se fue generando en el transcurso de las semanas. Finalmente, la experiencia demostró que esa hipótesis no era acertada, que la comunicación también fluye de manera óptima en los encuentros virtuales.
El hecho de que en la plataforma aparezca una fotografía completa, donde se visualice claramente el rostro del otro, acrecienta la seguridad del que emite el mensaje al saber que su destinatario tiene rostro, expresión, representación de una personalidad que comparte y debate sus ideas, mismas que ha ido revisando en los foros. Aunado a esto, el hecho de conocer el perfil de los compañeros ayuda a construir la identidad de grupo y a comprender a los otros, entendiendo por qué dicen lo que dicen a partir del conocimiento de las experiencias que la vida profesional y personal le han proveído. En la medida en que ese perfil sea más completo, se tendrán mayores posibilidades de conocimiento y reconocimiento de los compañeros, comprendiendo, lo cual ayuda a descentrarse del propio punto de vista, favoreciendo procesos de flexibilización del pensamiento.
En el Simposio Internacional sobre Comunidades de Aprendizaje, realizado en Barcelona en 2004, Rosa María Torres define a la Comunidad de Aprendizaje como una comunidad humana organizada que construye y se involucra en un proyecto educativo y cultural propio, para educarse a sí misma, a sus niños, jóvenes y adultos, en el marco de un esfuerzo endógeno, cooperativo y solidario, basado en un diagnóstico no solo de sus carencias, sino sobre todo, de sus fortalezas. Si conocemos ampliamente el perfil del grupo al que pertenecemos podremos hacer un inventario de los talentos y aptitudes con que se cuenta, a fin de optimizar recursos que ayuden al crecimiento colectivo.
Ante esta idea, creo que hemos iniciado con el pie derecho esta etapa formativa debido al atinado diseño que se presenta, mismo que se enriquecerá con las múltiples visiones e ideas de los integrantes del grupo. Ante la diversidad que se presenta en un grupo virtual, conocernos es una buena forma de comenzar a vincularnos de manera solidaria en el logro del propósito común que nos reúne.

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